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Juan Wesley y su Experiencia del “Corazón Ardiente”

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Juan Wesley, fundador del movimiento metodista, tuvo un famoso momento del Espíritu Santo, que a menudo es llamado su “experiencia en Aldersgate”. En su diario de vida, Wesley registra lo que le ocurrió el 24 de mayo de 1738:

Por la tarde fui de mala gana a una sociedad en la calle Aldersgate. Durante la reunión alguien leyó el prefacio que Martín Lutero escribió a la Epístola a los Romanos. Como a las 8:45pm, mientras esa persona describía el cambio que Dios produce en el corazón a través de la fe en Cristo, sentí mi corazón extrañamente cálido. Sentí que confié en Cristo, en Cristo solo, para mi salvación. Se me dio la seguridad de que él había quitado mis pecados, incluso los míos, y que me había salvado de la ley del pecado y la muerte.

A partir de esa experiencia personal de fe, Wesley descubrió que no son las reglas y leyes, ni nuestros propios esfuerzos hacia la perfección, las que nos pueden dar seguridad de nuestra salvación; sino la fe en la misericordia de Dios manifestada en Cristo, la que nos permite entrar a una vida en santidad; es decir, a una vida en plenitud. Donde la paz, la alegría y el gozo son una realidad.

Wesley en su experiencia personal de vivir la fe verdadera supo combinar el entusiasmo con el juicio; el sentimiento con la inteligencia; el arrebato de la alegría con el dominio de la razón. Más aún, en su concepción de la evangelización no había una separación entre “evangelismo” y “obra social”. La evangelización era tanto personal como social. En verdad era una evangelización revolucionaria para su tiempo. El lema era: “El que ama a Dios, ame también a su hermano”, (1 Jn. 4, 21b). Lamentablemente muchas iglesias no estaban de acuerdo con este énfasis evangelístico de Wesley, le negaron sus púlpitos para predicar su emotivo mensaje de salvación a través de Jesucristo. Al ver esta actitud, Wesley decidió salir a las calles para predicar el mensaje de salvación, yendo en busca de las almas perdidas por el pecado; de los pobres; de aquellos que no tenían ninguna posibilidad de realizarse como personas y que no eran importantes para la iglesia de ese entonces. Felizmente, miles se convirtieron al Evangelio de Jesucristo y cambiaron sus vidas, transformando como consecuencia a toda una nación.

Por fin la búsqueda de la seguridad de su salvación había terminado y ahora Juan Wesley había experimentado el amor incondicional de Dios de una manera personal y real. Esta experiencia no sólo dio respuesta a sus luchas espirituales interiores y sus preguntas con respecto a la salvación, sino que también cambió el sentido de su vocación y el enfoque de su ministerio. Por lo tanto, es importante notar los elementos presentes en la experiencia de Wesley, puesto que estos elementos se convertirían en la esencia del movimiento metodista.

En primer lugar, es indiscutible que la experiencia de Juan Wesley es el clímax y la culminación de una serie de eventos que la precedieron. En los relatos que encontramos en su diario de fechas anteriores y aun en su relato de los acontecimientos del 24 de mayo, Wesley deja entrever que de alguna manera Dios lo estaba preparando para este momento. Por ejemplo, la lectura antifonal de ese día y luego más tarde las palabras de Lutero que fueron leídas en la pequeña capilla morava, ambos eventos fueron una preparación providencial que antecedieron y asistieron a Juan Wesley en su experiencia culminante.

El segundo elemento que se distingue en la experiencia del “corazón ardiente” de Juan Wesley es precisamente el marcado énfasis en los sentimientos y en la experiencia propia. Sin lugar a duda que Wesley había estudiado a Lutero, y quizás había leído con anterioridad la misma porción que escuchó aquella noche en Aldersgate, pero en esta ocasión esta lectura fue mucho más que un ejercicio de análisis teológico, más que una lectura para buscar respuestas o una forma para desarrollar una teología correcta. Esa noche Juan Wesley sintió y experimentó la realidad del perdón de Dios con una convicción personal.

En esta ocasión no fue sólo un ejercicio mental, ni una explicación teológica y elocuente del proceso y el camino de la salvación. En esta ocasión, Wesley finalmente experimentó, sintió dentro de su corazón, el significado de la salvación. Es decir, que esta experiencia fue la corroboración práctica y experimental de lo que él había estudiado acerca de la salvación de una manera teórica y teológica por muchos años. Como consecuencia de esto y como una prueba de la veracidad de esta experiencia, Wesley ciertamente reconoce el don del perdón de Dios en Cristo, pero a la vez obtiene la certeza y seguridad de su salvación. Ahora, después de esta experiencia, la prueba tangible de que sus pecados han sido perdonados es que Wesley siente en su corazón y ha experimentado esta salvación de una manera personal y por lo tanto ya no hay más dudas, no más angustia al enfrentar la muerte. Ahora Wesley sabe cuál es su destino final.

El tercer aspecto es la acción inmediata a la experiencia del “corazón ardiente”. Wesley oró por los que le habían ultrajado y perseguido. Es decir, de inmediato ofrece amor y perdón a aquellas personas que de alguna manera le habían causado daño. Esto es de primordial importancia porque, aunque es cierto que lo acontecido en la vida de Wesley en Aldersgate fue una experiencia personal y privada, su oración por sus “enemigos” nos muestra las implicaciones sociales y comunitarias de su “conversión”. Wesley entendió y reconoció que su experiencia personal y la respuesta a su jornada espiritual privada no podían permanecer sólo en su corazón, sino que debían de extenderse a las personas que le rodeaban, incluyendo a aquellos que le habían hecho o causado algún malestar. Por lo tanto, una expresión práctica de la seguridad de la salvación y del perdón de nuestros pecados es el deseo de buscar la reconciliación con aquellos que nos han hecho algún mal. Es decir, que una parte importante de la obra restauradora de Dios en la vida del creyente incluye también el aspecto social y comunitario de restaurar relaciones y vivir en armonía con la gente que nos rodea, especialmente aquellos que nos han causado algún mal.

Finalmente, el testimonio público de su experiencia personal no sólo corrobora lo anterior, sino que también enfatiza la importancia de la comunidad cristiana en el desarrollo de la fe y la responsabilidad de ésta con el nuevo creyente y viceversa. Al compartir con la comunidad cristiana de una manera pública y honesta lo acontecido en su corazón, Wesley se está haciendo responsable delante de ellos para mantener y conservar con integridad la convicción que adquirió esa noche. De la misma manera, la comunidad de creyentes, aunque no de manera explícita, al recibir este testimonio se hace responsable de ayudar y promover con sus palabras y acciones el crecimiento y bienestar de aquellos que también han experimentado y testificado de la aceptación del perdón divino. De manera implícita también se puede notar que las dudas con respecto a su salvación, las mismas que lo agobiaron toda su vida hasta antes de este momento, casi al instante vuelven a surgir. Sin embargo, ahora Wesley atribuye estas dudas a la obra del enemigo, Satanás, y afirma que, si bien es cierto que las emociones y sentimientos pueden variar, la veracidad y la confianza de esta experiencia son innegables, por lo tanto, nadie podrá hacerle dudar del perdón de sus pecados. Es interesante notar que Wesley desecha estos pensamientos de duda en el contexto de su testimonio público, lo cual puede indicarnos la importancia de la comunidad cristiana para ahuyentar las dudas y destruir la obra del enemigo. Así pues, Juan Wesley sintió su corazón ardiendo de una manera extraña. Su conversión fue personal y privada. Sin lugar a duda esta experiencia tuvo repercusiones en las relaciones interpersonales y sociales de él y de quienes le rodeaban.


Decano: Rev. Dioselvi Sánchez Reyes

Presbítero de la iglesia Metodista
Licenciado en Estudios Bíblicos
Cand. a Master en Teología.


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Cursos Online 2021

Anuncio para todos los estudiantes del SEM.

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Debido a las dificultades causadas por la actual Covid-19, no hemos podido tener los módulos en encuentros presenciales en el SEM.
Luego de un análisis por la directiva del SEM y contando con la aprobación de nuestro Obispo se ha decidido dar continuidad a los estudios online.
Todos los cursos pendientes del 2020-2021 iniciarán a la par a partir de la primera semana de febrero.
Les pedimos a todos los estudiantes que sigan las orientaciones del SEM en la página oficial.
Se estarán creando grupos de WhatsApp para cada grupo de estudiantes, solo con fines académicos y para darles orientaciones. Por lo que les pedimos que contacten con Samuel el informático del SEM por esta vía: Correo: sfigueredo2011@gmail.com, Whatsapp: https://wa.me/message/SKBOUXP4H4DZC1 o Móvil: 58045086, para que rectifiquen sus números de teléfono para ser incluidos en el grupo correspondiente.
Todos los contenidos de las asignaturas, así como la bibliografía y aclaraciones en audio o video estarán en un sitio especializado para ese único fin.
Cada estudiante recibirá el link del sitio y una contraseña individual para acceder al mismo.
Una vez recibidos los contenidos tienen una semana para estudiarlo y responder las tareas asignadas.
Así continuarán recibiendo el contenido de tres asignaturas en la semana como mismo ocurre en los módulos presenciales, la diferencia es que en esta modalidad cada asignatura tiene una duración de un plazo de 8 semanas para concluir el contenido y cuenten con una semana adicional para las evaluaciones de estas tres.
Una vez concluidas estas pasarán a recibir las tres asignaturas siguientes del módulo.
Por lo que cada módulo tendrá una duración de 18 semanas. Con posible fecha de culminación el 6 de junio.
Por lo que pedimos de manera urgente que todos los estudiantes hagan llegar su número de celular para añadirlo al grupo de WhatsApp por medio del cual recibirán las primeras orientaciones.
Envíe su nombre y año o módulo para poderlos identificar.
Por esa vía se les harán llegar las explicaciones para que todos accedan a los cursos, así como los contactos de los profesores de esas asignaturas para que las tareas sean enviadas por correo a sus profesores.
Una vez iniciado el curso pueden contactar con cada profesor para que les oriente o asista en sus necesidades.
Reconocemos que para muchos es un desafío esta modalidad de estudios, pero estamos en toda la disposición de acompañarlos en el proceso para asegurar la calidad de su formación académica.
Oramos por ustedes y sus familias.

Junta Directiva del SEM.


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Reforma

Una celebración, de un suceso trascendental, que nunca debemos olvidar. ( 2da edición actualizada)

El próximo 31 de octubre estaremos conmemorando un aniversario más de la Reforma Protestante. Por lo que la gran familia de iglesias y denominaciones cristianas alrededor del mundo, herederas de este movimiento, celebrarán los 503 años de vida del protestantismo histórico. Recordemos que el motivo de la fecha es, porque en el mismo día, pero del año 1517 (siglo XVI), el monje católico alemán Martín Lutero clavó en la puerta principal de la Iglesia de Wittenberg[1] el documento conocido como las “95 tesis”. De manera que, para la inmensa mayoría de los historiadores, esta fecha marca el inicio de una nueva etapa no solo en la historia del cristianismo, por abrir paso a un nuevo período en la búsqueda de las raíces auténticas de la Fe cristiana, sino también en la historia universal, por ser uno de los pilares que contribuyó al nacimiento de la era “Moderna”.

-Primeramente, vamos a definir que el concepto de “reforma” o “reformador” en el cristianismo, no es un patrimonio exclusivo de las figuras más destacadas de la iglesia en el siglo XVI. Antes de Lutero hubo quienes intentaron reformar a la Iglesia Católica, que era la que predominaba en Europa occidental. Algunos de estos reformadores fueron, Pedro Valdo, John Wycliffe, Jan Huss, y Girolamo Savonarola. Reformadores que, aunque no tuvieron los resultados deseados, el impacto y repercusión de sus ideas influyeron poderosamente en lo acontecido con el protestantismo. El origen del título de “protestantes” proviene de la segunda Dieta (Asamblea) imperial de Espira de 1529, donde a los defensores del luteranismo se les llamó por primera vez “protestantes”. A partir de aquel momento, dicho calificativo se le concedió históricamente a todas las iglesias y denominaciones cristianas, que surgieron como consecuencia de esta reforma.

-Volvamos a lo acontecido el 31 de octubre, analizando un poco el contexto de aquel acto público de Lutero, dado que no fue un hecho aislado. Para aquella época el monje alemán ya contaba con cierta reputación y popularidad. Lutero, además de ser Doctor en Teología, párroco, y profesor de la prestigiosa Universidad de Wittenberg, contaba con un amplio aval entre sus coterráneos. Debemos también señalar que la única iglesia oficial que existía en Europa occidental era la Iglesia Católica Romana, cuya cabeza principal ha sido el Obispo de Roma (Papa). En esta institución existía un ambiente de corrupción alarmante, y por si fuera poco la sociedad europea “cristiana” era el reflejo de la misma. La máxima autoridad en turno de la iglesia romana era el pontífice León X, quién emprendió esfuerzos, no para reconstruir la vida espiritual de la iglesia, ni tampoco para renovar la sociedad europea, sino para convertir a Roma en una ciudad del “Renacimiento[2]”. En otras palabras, invertir en la edificación de varios complejos arquitectónicos de gran valor artístico. Ejemplo de ello fue su proyecto cumbre, la construcción de la hoy famosa Basílica de San Pedro del Vaticano, cuyo costo para la época era difícil de sufragar por las arcas de Roma. Entonces, para continuar con dicho proyecto, el pontífice romano accedió a la financiación por medio de préstamos, otorgados por grandes banqueros imperiales. Sin embargo, para pagar las deudas contraídas, el máximo jerarca del catolicismo tenía que acudir a algún método, y ese fue las ventas de Indulgencias.

La Indulgencia era un documento firmado por el mismo Papa de Roma, que garantizaba “remisión total por los pecados en esta vida”. Dada la ignorancia, el analfabetismo, y la superstición que predominaban en Europa, la mayoría de las personas pobres fueron presas dóciles de los llamados “predicadores de indulgencias”, que con sus caravanas montaban escenografías para representar el infierno o el purgatorio, y así la gente, después de oír un “fervoroso sermón”, acudían en masas a comprar las indulgencias papales. Cuando estos predicadores con su venta de indulgencia llegaron a territorio alemán, desataron la indignación del profesor Martín Lutero y la reacción a las mismas fue que publicó, como expresamos al principio, las 95 Tesis. Clavar documentos en la puerta de la iglesia era algo común, ya que se hacía para dar información y para crear debates académicos entre estudiantes y profesores de la universidad. Esta fue la primera intención de Lutero con su 95 tesis, denunciar que la venta de indulgencias era una práctica anti-bíblica, y quiénes participaban en ella no hacían lo correcto delante de Dios. Como la imprenta ya existía para la época, en muy poco tiempo miles de ejemplares de las 95 tesis fueron distribuidos por gran parte de la región germánica y pronto se convirtieron en un éxito editorial, por lo que “Las indulgencia” sufrieron una gran caída en sus ventas. Posteriormente Lutero publicó la explicación de las 95 tesis, para argumentar sus denuncias y declaraciones.

Por supuesto, que lo contado hasta ahora solo representó las primicias del movimiento protestante. A partir de la fecha memorable, los aires de reforma se expandieron por toda Europa, y otros protagonistas se levantaron. Surgieron nuevos desafíos, ya que los poderes tanto eclesiástico como secular que predominaban en Europa, representados en las figuras del pontífice romano y el emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, no estaban dispuestos a ceder fácilmente ante las exigencias y denuncias de los reformadores protestantes. Debido a esta incapacidad de reforma por parte de la iglesia romana, el protestantismo germinó en una gran variedad de nuevas iglesias y denominaciones con un núcleo básico doctrinal, como lo vemos hasta el día de hoy. Pero, como este artículo viene enfocado en el origen de la fecha de esta celebración, nos hemos limitado al contexto y repercusión de lo acontecido el 31 de octubre de 1517.

-Este año, sin duda, ha sido muy complicado por la razón que todos conocemos. No pretendimos en absoluto girar este artículo a la situación actual, por causa del bombardeo constante de información al que estamos expuestos día a día por causa de la Covid-19. De manera que, le invitamos por un momento a reflexionar sobre este suceso que conmemoraremos, ya que marcó el inicio del movimiento protestante en Europa e impactó poderosamente la historia de la humanidad. Han pasado casi 503 años desde el inicio de la Reforma Protestante, y como cristianos evangélicos estamos llamados a defender los principios que la hicieron nacer y desarrollarse con fuerza. Como todo proyecto espiritual y teológico en la historia del cristianismo, el movimiento protestante necesitó tiempo para tomar forma y así encontrar el camino de una reforma integral. Hoy en día, ante la avalancha de doctrinas falsas, que nada tienen que ver con el cristianismo auténtico, nosotros podemos con el mismo espíritu que guio al gran movimiento protestante, hacer énfasis en las fuentes originales de nuestra doctrina y nunca apagar el fuego evangelístico-misionero que nos caracteriza.

Sin dudas, un buen motivo nos convoca para celebrar el próximo 31 de octubre este suceso trascendental, y así nunca olvidar nuestros orígenes históricos.


Rigoberto Figueroa Yero, Th.M.
Historiador Conferencial de la IMECU

[1] ciudad de Alemania, situada a orillas del Elba, con una población cercana a los 50.000 habitantes. El nombre oficial en alemán: Lutherstadt Wittenberg (“Wittenberg Ciudad de Lutero”).

[2] Renacimiento, es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue un período de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna.


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Una familia cristiana saludable, el reto para hoy

La familia contemporánea está enfrentando grandes y serias dificultades. Existe una tendencia de acomodamiento a lo que está de moda en la sociedad actual, llevándoles cada vez más hacia una desintegración moral. Este es un fenómeno real en la época moderna, por lo que los hogares cristianos hoy enfrentan un gran desafío.

Ante las profundas trasformaciones y los fracasos matrimoniales y de todo tipo que ocurren a nuestro alrededor, podemos preguntarnos si hay posibilidad de que exista una familia cristiana saludable. No hay otro libro que sea más práctico que la Biblia, para la orientación espiritual, ética y moral de nuestra vida. Por tanto, nada mejor que aplicar los principios bíblicos a la relación matrimonial, así como entre padres e hijos.

Desde el principio, el mandato de Dios al matrimonio fue la procreación y la administración. Dios, como arquitecto de la familia, comisiona a ambos para cumplirlo. Tanto el hombre como la mujer juegan un papel muy significativo en la relación y crianza de los hijos. De cada uno depende la salud familiar y en su conjunto, el verdadero cumplimiento de lo que Dios demanda de nosotros.

El reto de ser hombre, esposo y padre implica mucho esfuerzo, valor y sobre todo, amor. En cierta medida, muchos problemas que se generan en el hogar pudieran evitarse si el esposo cristiano ofrece el liderazgo necesario como cabeza del mismo. Este vínculo refleja la relación de Cristo y su Iglesia. Además, el marido tiene la responsabilidad de amar a su esposa, es ese amor sin condiciones ni demandas, el amor que sustenta y cuida. El hombre cristiano debe vivir sabiamente con su esposa, el apóstol Pedro insta al esposo a rendir honor a su esposa. Una parte implícita de su liderazgo consiste en no dejar de crecer, tanto intelectual, emocional, como espiritualmente.

El reto de ser mujer, esposa y madre es grandioso y portentoso, ya que Dios ha creado a la mujer en una altísima posición y con funciones particulares. El desafío es grande, pero con la ayuda del Señor se puede experimentar un hogar feliz, distinguido por la comunicación abierta y el amor. La mujer ha recibido de Dios dones maravillosos. Aunque no tenga hijos, su instinto materno se manifiesta por la clase especial de cuidados que brinda a todos aquellos que acoge bajo su techo. Su capacidad instintiva para establecer un hogar convierte ladrillos y mezcla en un refugio caluroso y alentador, apartado del mundo externo.

 En cuanto al placer y creatividad sexual en el matrimonio, es importante aprender a entender las diferencias de atracción y expresión sexual que existen en el hombre y la mujer. Cada uno debe aprender cómo satisfacer a su pareja, despojándose de todo deseo egoísta, para entregarse a una relación donde lo más importante es satisfacer a la otra persona. Cuando se produce este tipo de entrega, le aseguro que ambos serán plenamente satisfechos y su relación florecerá aun en tiempos de sequía.

Dios nos reta a experimentar la fe, a través de una vida completamente entregada. Es un desafío para los padres cristianos vivir ante sus hijos de manera genuina, aun cuidando de los más mínimos detalles. Para lograrlo, no hay nada más saludable que aplicar los principios bíblicos como marcadores en las relaciones de familia, sin llegar a la imposición legalista de los mismos. El propósito es que hagan uso de la palabra de Dios en términos prácticos. Por tanto, se hace necesario que cada familia ajuste sus normas conforme a los valores establecidos en las escrituras.

Como padres, también somos retados. Debemos mantener reglamentos claros y realistas en el hogar y dárselos a conocer a nuestros hijos, y a medida que estos van creciendo las reglas deben ser adaptadas. Resulta muy dañino para los adolescentes y jóvenes que sus padres les continúen tratando como niños, usando el mismo sistema de retribución y castigo.  Hay varios principios a seguir como parte del maravilloso y difícil reto de ser padres.

Es necesario que alabemos a nuestros hijos por su buena conducta. Para muchos padres es más fácil recordarle a su hijo en qué ha fallado, que darle alabanza por lo que ha hecho bien. En muchos casos, la amonestación constituye prácticamente el único medio de comunicación entre ellos. Esto trae consigo consecuencias negativas en la relación entre padres e hijos. Por otra parte, es necesario exigir el cumplimiento de las reglas de forma justa y consecuente. Ellos demandan y necesitan reglas firmes y límites seguros.

La meta de la disciplina es que se produzca obediencia, por tanto, no se nos puede olvidar expresar amor y aceptación rápidamente después de la corrección. Los hijos necesitan sentirse amados y aceptados por sus padres. También es importante que al crecer sean involucrados en las decisiones familiares. 

Seamos los mejores padres posibles para nuestros hijos, ofrezcámosle amor, y afecto, aceptación total, seguridad, cuidado físico y material, comprensión y una disciplina y corrección consecuentes. Tenemos una gran responsabilidad ante Dios y él nos va a calificar en esta tarea.

No podemos olvidarnos de la recreación familiar, ya que esta práctica puede llegar a tener un alto valor en la vida de los hijos, y fomentar en ellos la espontaneidad, la creatividad, además es importante para establecer patrones bíblicos. La recreación en familia no siempre requiere de dinero, pero sí un tiempo de calidad.

La oración, la lectura bíblica, el sentido de Cristo en nuestras vidas y toda clase de actividad espiritual nos proporcionan fortaleza y profundo contentamiento. Cuando hacemos de nuestro hogar un refugio de la presencia de Dios, confiándole y dependiendo de él en los asuntos personales y de índole familiar, crecemos y echamos raíces profundas en nuestra relación con él y con cada miembro de la familia. Al alcanzar este equilibrio, podemos considerar que sí se puede lograr el reto que hoy se nos impone, llegar a ser una familia cristiana saludable.  


Master en Familia. Aimet Rodríguez

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que es la biblia

¿Qué es la Biblia?

Responder esta pregunta en una sola exposición es bastante difícil, porque hablar de la Biblia requiere de tiempo. Pero tratare de resumir en tanto me sea posible, con el fin de poder presentar una visión general de este libro sagrado.

Primeramente debemos iniciar por las generalidades y luego profundizar en el tema central que la Biblia presenta.

  1. Generalidades.

Partimos del punto que la Biblia es un conjunto de libros, de ahí su nombre el cual se deriva del vocablo griego “Biblion” que significa “libros”, o “royos”.

Es como tener una biblioteca en nuestras manos en un solo libro.

La misma está dividida en dos partes:

Antiguo Testamento o Biblia hebrea.

La primera parte le conocemos como Antiguo Testamento. Pero esta parte también es conocida como “Biblia hebrea”, que constituye el libro sagrado del judaísmo. En este contexto los judíos la llaman “Tanak” (también se puede escribir Tanaj) pues ellos la dividen en tres secciones:

La primera sección es nombrada “Torah” o “la Ley”: comprende los libros de la Ley de Moisés, al cual nosotros conocemos como “Pentateuco”: Génesis, Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio.

La segunda sección es llamada “Navi’im” o “Profetas”, la misma se divide en dos partes, los “profetas anteriores” formado por: Josué, Jueces, 1-2 de Samuel, 1-2 de Reyes, y los profetas posteriores, compuestos por: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.

La tercera y última sección de la Biblia hebrea es los “Ketubim” o “Escritos”, formado por los libros de Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantares, Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías y 1-2 de Crónicas.

Como podemos percatarnos el nombre “TaNaK” es la unión de las tres secciones T: Torah. N: Navi’im. K: Ketubim.

En el Antiguo Testamento o Biblia hebrea, se recoge una primer parte conocida como “historia primitiva” en los primeros 11 capítulos del Génesis, que nos pone al tanto de la obra creadora de Dios. Pero a partir del capítulo 12 de este libro se da inicio a la historia del pueblo de Israel. No es solo historia, y es que esto tiene que ver con la mentalidad del pueblo hebreo, el cual no separaba la historia de la teología, es decir de su fe.

A través de su lectura conocemos la formación y expansión del pueblo de Israel, también el desarrollo del profetismo, y la instauración de la monarquía, llevándonos por casi 16 siglos de historia. En el siglo IV a.C cerro el Antiguo Testamento con la profecía de Malaquías y finalmente los libros de Esdras, Nehemías y las Crónicas. Así se dio inicio al periodo conocido como “periodo del silencio”, que va desde el cierre de la profecía en el siglo cuarto antes de Cristo, a la llegada del Mesías, con el nacimiento del Señor Jesucristo.

Pero en este periodo de silencio ocurrió algo extraordinario. Alrededor del año 250 a.C, en Egipto un rey llamado Ptolomeo Filadelfos decidió convertir la biblioteca de Alejandría, en la más famosa del mundo. Mando a traducir las grandes obras de la antigüedad al griego y como era de esperar, la Biblia hebrea estaba entre esas grandes obras. Pidió al sumo sacerdote que enviara un grupo de rabinos o maestros judíos para emprender dicha tarea y así llegaron a Egipto unos 72 rabinos. Con la traducción de la Torah o Ley al griego surgió la versión de la Biblia llamada “Septuaginta” o “versión de los setenta” en alusión al grupo de eruditos que trabajaron en la misma. Posteriormente se tradujo el resto de la Biblia hebrea.

Antes de cerrar esta parte es necesario aclarar una posible interrogante.

Quizás algunas personas se preguntaran ¿Por qué la Biblia que usa la iglesia católica romana tiene más libros que la que usamos los evangélicos o protestantes?

La respuesta viene precisamente del lugar donde se tradujo la Biblia hebrea al griego, de Alejandría. Para el año 100 d.C, existían dos canon del Antiguo Testamento, uno largo, es decir con muchos libros conocidos como “canon alejandrino” que salía de la septuaginta. Y otro canon más corto, con menos libros que se llamaba “canon palestinense”.

Los judíos debían ponerse de acuerdo para decidir que libros serían los aceptados como literatura sagrada y dejar cerrado el Canon del Antiguo Testamento. Tras muchos años de estudio y discusión, reunidos en la ciudad de Jannia quedo cerrado el Canon del Antiguo Testamento con los libros que formaban el canon pelestinense. Precisamente una de las reglas para aceptar un libro con carácter canónico era que este no estuviese escrito en griego, solo en hebreo o arameo.

Entonces, respondiendo a la pregunta que quizás algunos pudieran hacerse, la diferencia es que el Antiguo Testamento de la Biblia católica romana está formado por el canon alejandrino, mientras que los protestantes o evangélicos usamos el canon palestinense que es el mismo de los judíos.

Nuevo Testamento.

La segunda parte de la Biblia es conocida como “Nuevo Testamento”, donde encontramos el cumplimiento de la profecía con la llegada del Mesías, y la formación y expansión de la Iglesia de Jesucristo.

El periodo de historia del Nuevo Testamento es corto, inicia con el nacimiento del Señor Jesucristo alrededor del año 4 a.C y culmina alrededor del año 90 d.C.

Similar al Antiguo Testamento el mismo inicia con su bloque central, es decir los Evangelios, 4 libros que recogen el ministerio terrenal del Señor Jesucristo,  presentando el fundamento en el cual se edificaría la iglesia. A los Evangelios se añade el libro de los Hechos, el cual es obra del mismo autor del Evangelio de Lucas, que muestra a los creyentes cumpliendo la ordenanza del Señor expandiendo el mensaje y así surge y se expande la iglesia.

Luego le sigue un bloque de cartas del apóstol Pablo a iglesias y personas. En el orden primero aparecen las cartas a las comunidades de fe y terminan con las cartas pastorales, enviadas a los discípulos del apóstol. Aunque en un inicio la obra de Pablo eran cartas dirigidas a selectos grupos o personas, al ser canonizadas pasaron a ser epístolas con un mensaje para toda la iglesia en el mundo.

El tercer grupo que presenta el Nuevo Testamento son las llamadas “epístolas universales”. Se le llama así porque las mismas van destinadas a toda la iglesia en el mundo.

Por último el Nuevo Testamento concluye con el libro de “Apocalipsis”, el cual está muy unido a los libros apocalípticos del Antiguo Testamento como Ezequiel, Daniel y Zacarías.

Como hemos visto hasta aquí, la Biblia muestra el surgimiento y expansión de dos grandes religiones: el judaísmo y el cristianismo. Tanto para judíos como para cristianos, la Biblia es un libro sagrado. Ella es la Palabra de Dios revelada a la humanidad.

Pero también la Biblia muestra gran parte de la historia de la humanidad. Por ello universidades, investigadores, estudiantes y en general, reconocen la misma como un libro necesario cuya lectura es imprescindible para alcanzar un mayor conocimiento de las culturas antiguas.

Los que sucede en aquellas personas que leen la Biblia y la ven solo como un libro de historia o poesía, es que terminan sin entender nada. Y la razón fundamental es que la Biblia por sobre todo es un libro de fe. Y solo quienes leemos la Biblia desde la óptica de la fe, podemos comprender su mensaje.

  • Tema central de la Biblia.

Esta segunda parte podríamos iniciarla con una pregunta:

¿Cuál es el tema central que presenta la Biblia?

¿Sera la historia de Israel?

¿Sera la historia de la iglesia?

La verdad es que si bien es cierto que la Biblia presenta la historia de Israel, su formación y expansión. Su relación con las grandes culturas del pasado como la mesopotámica, egipcia, caldea, persa y la griega. También encontramos en ella la historia de la iglesia, su formación y expansión por el mundo. Aunque todo esto está en la Biblia, la misma se centra en una historia que constituye el tema central. Esta historia que nace en el Génesis y no cierra la conocemos como la “historia de la salvación”. Y esa es la razón por la cual, aunque tengamos en nuestras manos una biblioteca formada por 66 libros, sin embargo, todos esos libros forman uno solo, porque todos encierran un mismo mensaje: “La historia de la salvación”.

Les invito a meditar en esto, lo cual es la parte central que da respuesta a la pregunta del tema ¿Qué es la Biblia?

Esta historia comienza en su inicio, los primeros capítulos del Génesis muestran a Dios creando todo cuanto existe. Así creo al ser humano, hombre y mujer. La sola afirmación “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gen. 1:1) deja por sentado que todo cuanto existe es la obra de nuestro Dios. Pero muy pronto lo creado se vería amenazado, esto es debido a la entrada del pecado y sus consecuencias. El ser humano creado por Dios pecó, y debido a sus actos quiso esconderse de su creador (Gen. 3:8) demostrando la actitud de los pecadores. El juicio declarado dejaría a la raza humana expuesta a enfermedades y muerte, así como al antagonismo entre los pecadores y su creador (Gen. 3:15). Pero en las palabras dichas por Dios en el propio jardín del Edén, nace un proyecto escatológico con el fin de salvar al ser humano pecador. Allí dio inicio la historia de la salvación que la llevaría al desenlace final con el sacrificio del Señor por la humanidad en la cruz.

Como se dijo anteriormente, la Biblia muestra la entrada del pecado y sus consecuencias. El primer mal que el pecado causó fue separar al ser humano de Dios (Gen. 3:23-24), la armonía que tenían en el Edén la perdieron. Una vez distante de Dios, el mal continúo separando a las personas y atacó la esencia de la sociedad, la familia. Con el fratricidio cometido por Caín contra su hermano (Gen. 4:10) se rompe la unidad familiar. Y finalmente termina separando a los seres humanos unos de otros como sucedió en Babel  (Gen. 11:5-9).

El auge del pecado llevó a la humanidad al borde de su extinción, cuando por medio del diluvio estuvo a punto de desaparecer (Gen. 6:5-8) pero en este texto encontramos una palabra la cual constituye el eje principal en la historia de la salvación, y es la palabra “gracia”. La salvación es por gracia, así cuando falto Abel, Dios le regaló otro hijo a Adam, al cual llamó Set (Gen. 4:25-26) y por medio de este hombre surge una descendencia bendita la cual es llamada en Génesis “hijos de Dios”.

Pero aun la descendencia bendita de Set muestra que tenían debilidades a causa de su condición humana, y en un momento sus descendientes querían formar parejas con la descendencia maldita de Caín (Gen. 6:1-2).

Un mensaje queda expuesto aquí y que más tarde Juan en su Evangelio lo mostrara, “la luz no puede unirse a las tinieblas”. Siglos más tarde cuando surgió el pueblo de Israel instituye la práctica de la endogamia, es decir el matrimonio dentro de su pueblo y no con extranjeros. Mensaje que de igual forma la Iglesia lo asumiera cuando en el Nuevo Testamento se expresara “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”.

Esta historia de la salvación se materializa cuando Dios decide formar un pueblo que sería el medio en el cual se desarrollaría el drama final. La formación de dicho pueblo inicia al llamar a un hombre en Mosopotamia alrededor del siglo XX a.C y lo envía con dicha misión (Gen. 12:1-3).

Entre líneas podemos leer que el proyecto de salvación lleva a una ruptura con el pasado, dejarlo todo atrás para emprender el camino de salvación. Lo hizo Abram, y siglos más tarde Jesús invita a sus seguidores a dejarlo todo y seguirlo.

Abram se convirtió en un errante, un nómada y por esta causa le pusieron por sobre nombre “El hebreo”, pues la palabra “hebreo” significa “errante”, “nómada”.

Con el cambio de nombre de Abram por Abraham sería el principal patriarca de este pueblo, de cuya descendencia llegaría el Mesías salvador. Así con la bendición que Jacob a quien Dios puso por nombre Israel diera a su hijo Judá, quedaba establecida la tribu de la cual descendería el Mesías (Gen. 49:8-12).

Las palabras de Jacob a Judá se materializan con el reinado de David en Israel (2 Sam. 5:3) y el pacto que Dios hace con él (2 Sam. 7:16).

Israel como pueblo de Dios en el transcurso de esta historia de la salvación enfrentaría grandes dificultades. En el año 922 a.C el reino se dividió en dos, el norte con la mayor cantidad de tribus conservando su nombre y el sur llamado “reino de Judá” buscaría conservar una fe más pura.

En el año 722 a.C el reino del norte es destruido por los Asirios y su gente desplazada. Años más tarde en el 586 a.C el reino del sur es destruido por los Candeos y llevado al exilio en Babilonia.

Este pueblo de Israel pasaría de un imperio a otro como un trofeo. Con la victoria de los persas este pueblo a quien ahora se le conoce con el nombre de “Judíos” regresa con el fin de reconstruir a Jerusalén y su templo.

En este periodo llamado “posexilio” toda la esperanza del pueblo judío esta puesta en la llegada del Mesías. Con El, la historia de la salvación llegaría a la meta.

El Nuevo Testamento presenta el cumplimiento de las promesas de Dios a la humanidad. El nacimiento de Jesucristo revive la esperanza no solo de Israel, sino, de toda la humanidad. Como bien dijo el Señor Jesucristo, Él es el pastor que guía su rebaño y es la única puerta para quienes quieren entrar a la salvación (Jn. 10:7-11)

En el Nuevo Testamento la historia de la salvación adquiere un mayor sentido, la misma no solo tiene que ver con el favor de Dios en la vida presente, sino que tiene un alcance escatológico, la misma se vincula a la vida eterna en gloria, y esto es posible por medio del sacrificio hecho por el Señor en la cruz (Jn. 3:16) de ahí que el tema de la “gracia” en el Nuevo Testamento adquiere una mayor connotación, pues se vincula a la vida eterna que es fruto de la salvación que ofrece el Señor.

Jesucristo es el autor de la salvación porque vino a este mundo para quitar el abismo que existía entre Dios y la humanidad. El Señor vino como Profeta, Sacerdote y Rey. Vino como Profeta, porque por medio de su Palabra nos revelo el camino a seguir. Como Sumo Sacerdote, porque dio su cuerpo en sacrificio por toda la humanidad. Y como Rey, porque instauro el Reino de los cielos aquí en la tierra y nos hizo participes de su gloria.

La Biblia nos muestra que la historia de la salvación inicia en Génesis, en el mismo principio y se cumple en la persona de Jesucristo. Pero esta historia no ha cerrado, pues su culminación está en la parusía o regreso del Señor a levantar su iglesia (Hch. 1:10-11) pues Él fue a preparar lugar para su pueblo (Jn. 14:1-4).

Pero no estamos solos, antes de partir el Señor prometió la presencia del Espíritu Santo para cuidar y guiar a su iglesia (Jn. 14:15-17) Y entre tanto que esperamos su regreso, nos llamó y comisionó para predicar el Evangelio a toda criatura (Mt. 28: 19-20) los cuales puedan alcanzar salvación.

Ante la  preguntan ¿Qué es la Biblia? respondo:

La Biblia es la Palabra de Dios dada para salvación del ser humano pecador.

Su mensaje llega a lo profundo de los corazones, por eso la Biblia como Palabra de Dios que es, es representada como una espada que penetra los sentimientos más íntimos del ser humano (Heb. 4:12) siendo parte elemental en la armadura del cristiano que cada día enfrenta los grandes retos al vivir en medio de una sociedad que quiere vivir lejos de Dios (Ef. 6:17).

Pero es a esa sociedad perdida donde la iglesia es enviada con un mensaje de paz, amor y reconciliación, por medio de la obra que el Señor hace en medio de su pueblo.

La Biblia es Palabra inspirada por Dios, aunque fue escrita por seres humanos como nosotros, ellos a través del tiempo fueron inspirados por Dios para poner por escrito su Palabra. Si alguien desea una prueba de la inspiración divina que tiene la Biblia, dicha prueba está en la capacidad que tiene este texto de inspirar a sus lectores.

La Biblia ha sido el medio que ha llegado a la vida de filósofos y políticos, de académicos y científicos, pero también a campesinos y amas de casa. Y sus vidas cambiaron para siempre, porque cada palabra de este libro sagrado viene del Dios eterno y su voluntad de salvar a la humanidad perdida.

La Biblia es fuente de luz y esperanza.


Rev. Javier Díaz, PhD.

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Aplazamiento del inicio del curso

Aplazamiento del inicio del curso

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Como consecuencia del rebrote de la Covid en La Habana no se puede comenzar el curso en septiembre, como teníamos planificado.

Los estudiantes que comienzan el primer año recibirán tareas pre encuentro de las asignaturas que corresponden al primer módulo.

Estas tareas solo cubren una parte del contenido de cada asignatura, el resto lo recibirán cuando vengan al curso presencial.

Una vez que tengamos listas las tareas, se las enviarán al director de la extensión distrital donde las pueden recibir y las traerán respondidas en su primer módulo.

Los demás estudiantes deben continuar trabajando en sus tareas y estar atentos a las noticias del SEM.


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Curso 2020 Seminario Evangélico Metodista

Inicio del curso (Modificado)

El curso de Licenciatura en Teología tendrá como fecha para su primer módulo desde el día 7 hasta el 25 de septiembre de 2020.
Para su matrícula, tendrán que entregar los siguientes documentos:

  • Título y certificación de estudios terminados (grado 12, técnico medio o universitario).
  • Certificación de notas del Pregrado en Teología.
  • 1 foto de carnet.
  • 50.00 cup.

Fechas de los módulos 2020

Primer año: 7 – 25 de septiembre 2020

Segundo año: 28 septiembre – 16 octubre 2020

Tercer año: 19 octubre – 6 noviembre 2020

Cuarto año: 9 – 28 noviembre 2020

El plan completo lo pueden encontrar aquí o descargarlo en PDF a continuación.

A todos los estudiantes que estén atentos a las noticias por si hay alguna modificación.