LA NUEVA PASCUA
Category : Teología
Texto: Lc 22:7-8, 14-20
El texto que acabamos de leer nos lleva a la institución de la Cena del Señor como sacramento de la iglesia cristiana. Los primeros versículos nos hablan de la celebración de la pascua. Esta era una fiesta que el pueblo judío celebraba anualmente. Jesús y sus discípulos, como buenos judíos, también se disponían a celebrarla. Pero en esta ocasión, algo diferente iba a suceder.
Hasta ese día, quienes se reunían a la mesa, compartían los elementos: carne de cordero, pan sin levadura y vino, agradeciendo a Dios por haber liberado a sus antepasados de la esclavitud en Egipto. Pero en esta ocasión, aquellos elementos toman una connotación diferente. Cuando Jesús parte el pan, les dice que ese es su cuerpo, que por ellos será dado. Cuando toma la copa de vino, les dice que esa es la copa del nuevo pacto en su sangre. Y les dice: “Haced esto en memoria de mí.”
Al día siguiente, Jesús es inmolado como el cordero de la pascua, derramando su sangre inocente para salvar a todos los pecadores. Por tanto, Jesús es la pascua. Por su sangre, ha establecido un nuevo pacto, que recordamos siempre que compartimos en comunión el pan y el vino.
Pero este acto de recordación implica mucho más, no es solo recibir el pan y el vino. Jesús nos deja instrucciones sobre algo que nosotros debemos hacer como parte activa en esta relación de pacto.
En el relato de Juan, en medio de la cena, Jesús lava los pies de sus discípulos para dejarles una enseñanza, con la intención de que aquel mensaje permanezca como una práctica en sus vidas. Él quiere que se demuestren el amor por medio del servicio los unos a los otros. Por eso es que, así como él habla de un nuevo pacto, en el evangelio de Juan, él habla de un nuevo mandamiento. Después de haber terminado de cenar, les dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Jn 13:35).
A la Santa Cena también se le conoce como la Comunión. La palabra griega que se emplea para comunión es koinonia, que significa también participación, hermandad, compartir, etc. El énfasis aquí es que la cena del Señor representa la unidad del cuerpo de Cristo. Cuando se establece un pacto no es solamente para recibir, sino que implica una entrega, un compromiso muto entre los participantes de dicho pacto. En otras palabras, en la cena del Señor, además de renovar mi pacto con Dios, estoy renovándolo con su pueblo. Al compartir el pan y el vino me estoy asociando con Dios por medio del sacrificio de Cristo, pero al mismo tiempo, todos estamos compartiendo su vida por fe, por tanto, estamos confirmando que somos parte del mismo cuerpo que es la iglesia de Cristo.
Este año, no podemos celebrar la comunión en la iglesia junto a nuestros hermanos y pastores, sin embargo, es una oportunidad especial que Dios nos está ofreciendo para celebrarla en familia. La primera pascua tuvo lugar en Egipto, en condiciones algo similares a las que hoy estamos viviendo. Cada familia debía permanecer en su hogar, compartiendo la cena que constaba de pan sin levadura, vino y la carne del cordero sacrificado, cuya sangre debía untarse en los marcos de las puertas como señal de que el ángel de la muerte no entraría a llevarse el primogénito de esa familia.
Hoy vivimos uno de los sucesos más trágicos en la historia del mundo moderno. Nuestra generación nunca había experimentado algo así. En estos momentos, muchos están tratando de encontrar una respuesta lógica para lo que está sucediendo y donde quiera en las redes salen médicos y otras personas dando recetas, consejos, remedios. Muchos otros están dando profecías, tratando de ofrecer una explicación a lo que se vive y cómo terminará todo. Pero la realidad es que nadie, en ningún lugar de este mundo, ha podido ofrecer una valoración precisa acerca de cómo saldremos de esta situación.
Pero tú y yo conocemos personalmente al Dios de los imposibles. No tenemos que rompernos la cabeza tratando de buscar una solución lógica, porque no la encontraremos. Nos toca estar quietos, cuidarnos y ver la salvación que Dios nos traerá.
Hoy nos encontramos como los discípulos, cuando, en medio de un ministerio de señales, prodigios, sanidades y milagros, de pronto, Jesús les anunció que iba a padecer y a morir. Pero no los dejó ahí. Les dijo algo que cambiaría el curso de la humanidad: iba a resucitar.
Ese es el mensaje que debemos recordar hoy. Sabemos que padeció, sufrió y murió, pero no quedó en la tumba, sino que resucitó victorioso. Eso es precisamente lo que celebramos cada año en semana santa. No es una celebración al sufrimiento y muerte de Jesús, sino todo lo contrario, un festejo por su victoria al dejar una cruz y una tumba vacía como símbolo de su victoria sobre todo plan del maligno y sobre toda lógica humana. Él es especialista en transformar las aparentes derrotas en grandes victorias, y en este caso, estamos recordando la mayor victoria de todas.
Este año, una manera de celebrarlo puede ser viviendo esa comunión que Jesús instituyó, de una manera activa en familia. La iglesia es una familia de familias, por tanto, donde quiera que haya una familia reunida, ahí está la iglesia de Cristo. Cuando compartimos y nos servimos en amor los unos por los otros, estamos viviendo esa comunión de la manera en que Jesús quiere que hagamos en memoria de él.
Estamos viviendo momentos difíciles, hay mucha tensión en el ambiente. Recordemos que aquella noche, Jesús también estaba pasando por un momento difícil. Sabía que lo iban a entregar, e incluso, sabía que quien lo iba a entregar, estaba ahí entre ellos, y era uno de sus discípulos.
Sin embargo, tomó tiempo para dar una lección de amor y de esperanza que nos llega hasta nosotros hoy.
Recuerda sus palabras: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Haced esto en memoria de mí.
1 Comentario
Devorah Lisset
9 abril, 2020 at 11:06 pmGracias, exelente estudio y muy útil para la fecha que celebramos y la situación en la cual que vivimos y debemos celebrar esta Seman Santa , como usted escribió es una oportunidad para celebrarla en condición similar a la 1ra vez que se celebró, gracias, que Dios le siga bendiciendo #DiosEsBueno #DiosEsFiel